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Atenas: el lugar donde conviven la antigüedad y el talento

Cuando se trata de la capital griega, son frecuentes los adjetivos y descripciones grandilocuentes. Al fin y al cabo, Atenas está considerada la cuna de la democracia y,a menudo, se habla de ella como el lugar de nacimiento de la civilización occidental. Esta ciudad fue el hogar de Sócrates, Platón y Aristóteles, filósofos que definieron la concepción del mundo occidental durante miles de años. Pasear por las calles de Atenas, una de las ciudades más antiguas del mundo, es un sobrecogedor viaje a través de los últimos 3400 años de historia de la humanidad. Quienes la visiten por primera vez deben dirigirse directamente a la Acrópolis para ver el Partenón y otros templos de la Antigüedad helena. Aquí conviven ruinas, templos, estatuas, fuentes y edificios que abarcan muchas épocas de la historia. De todos ellos, el Museo Arqueológico Nacional es un buen punto de partida para conocer en profundidad y de cerca el importante papel que Atenas ha desempeñado en nuestra historia. Pero no todo es mármol, dioses antiguos y objetos del pasado. La Atenas actual es una ciudad muy transitable, con estupendas rutas peatonales y calles por las que perderse. Y menos mal, porque la capital griega es todo un paraíso gastronómico donde se combinan los ingredientes frescos y sanos de la cocina tradicional con el frenesí de una urbe del siglo XXI. No dejes de probar los mundialmente famosos koulouri: la tradicional y deliciosa versión ateniense del bagel, o decántate por innovadores platos en los mejores restaurantes con estrellas Michelin. Cuando te hayas saciado de comida fabulosa y de la animada vida callejera, dirígete al monte Licabeto, una colina de piedra caliza que es el mirador más alto del centro de Atenas. La caminata merece la pena solo por su hermoso anfiteatro y unas vistas impresionantes, pero si lo prefieres, un funicular te llevará hasta allí cómodamente.

El paraíso a la griega

La imagen que se tiene de Grecia como destino de vacaciones es la de casas encaladas, aguas cristalinas en playas paradisíacas y un clima perfecto, todo ello acompañado de un magnífico marisco servido por desenfadados lugareños. De hecho, esta imagen es un retrato fiel de la mayoría de las innumerables islas mediterráneas de la costa griega, muchas de las cuales son fácilmente accesibles desde Atenas. Aunque tu destino final no sea una de estas islas paradisíacas, te recomendamos encarecidamente un crucero de un día para saborear al menos un trocito de la buena vida que ofrece ese entorno paradisíaco. Al fin y al cabo, puede que encuentres a tu propia musa y escribas una de las canciones más famosas del mundo, como hizo Leonard Cohen en Hidra. Si lo tuyo no es el mar ni las islas, quizá los deportes olímpicos y sus orígenes sean más de tu agrado. Visita el impresionante e histórico Estadio Panatenaico de Atenas, construido íntegramente en mármol blanco. Este lugar data del siglo IV a.C. y albergó los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna en 1896. Sea lo que sea lo que te encuentres en Atenas, lo más probable es que acabes rindiéndote a una ciudad que siempre compite por el oro.