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Oporto: una ciudad mágica

Oporto se encuentra en el norte de Portugal y, con un área metropolitana de 1,7 millones de habitantes, es la segunda ciudad más grande del país. Sin embargo, su casco antiguo es un entramado de calles empedradas y poco más de 40 km2 con solo 230 000 habitantes. Es precisamente esta perfecta combinación de encantadoras calles antiguas y un carácter de metrópolis global (junto con un clima casi ideal todo el año) la culpable de que Oporto sea uno de los destinos turísticos más populares de Europa.

A menudo aclamada como una de las ciudades más bellas de Europa, el río Duero y los puentes que lo acompañan son una parte importante del carácter de la ciudad lusa; el más famoso: el puente Don Luis I. Construido en 1886, este puente de hierro forjado con dos plantas, caracterizado por su forma de arco, es uno de los lugares más emblemáticos de Oporto. Todo visitante que se precie no puede dejar de cruzarlo por la planta superior y disfrutar de las magníficas vistas. ¡Y qué vistas! La Ribeira, el casco antiguo de Oporto, es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, y con razón. Se trata de un lugar mágico y, para empaparse de él, es imprescindible perderse entre sus sinuosas calles empedradas mientras se admira la arquitectura del siglo XVIII y los maravillosos paisajes que dibuja la ciudad. Parte del encanto de esta zona son las innumerables obras de arte con azulejos que adornan las antiguas fachadas, un recordatorio constante de que estás en Portugal. A propósito, no olvides visitar la estación de San Bento, un regalo para los amantes de los azulejos. Lejos de limitarse a ser el lugar donde confluyen los trenes que comunican varios puntos del país, la estación se asemeja más a un paseo por un glorioso palacio.

Un festival para los sentidos

Oporto es una ciudad que deleita todos los sentidos. Después de un impresionante paseo por la ciudad, seguramente con un clima ideal, para maravillarte con su arquitectura, sus obras de arte, sus iglesias barrocas y sus coloridas fachadas, llega el momento de deleitarte con su exquisita oferta gastronómica. Oporto es un paraíso gourmet, una joya para foodies, un verdadero placer para los amantes de la comida excelente y auténtica. ¿Un consejo? Lo mejor es caminar por sus calles con el estómago vacío para poder así ir picando algo durante todo el día. Entre los platos imprescindibles, se encuentran el exquisito sándwich francesinha, el bacalao, las salchichas alheira a la parrilla y los auténticos pastéis de Chaves: unos deliciosos hojaldres. Para el postre, deléitate con el clásico pastel de almendras o unos jesuítas: unos pastelitos de canela. O simplemente confía en tu instinto, sigue tu olfato y lo más probable es que en la próxima esquina encuentres otro bocado celestial. Tampoco podíamos olvidarnos del vino. En particular, del vino de Oporto. Este caldo, que debe su nombre a la ciudad, se elabora a lo largo del río Duero. Para disfrutar plenamente de este vino de postre, tendrás que dejar a un lado tus ideas y opiniones previas y prepararte para descubrir un mundo nuevo. Te recomendamos encarecidamente hacer una cata de vinos de Oporto en alguna de las muchas bodegas de la ciudad. Y si deseas sumergirte de lleno en la cultura local, debes dirigirte al Estádio do Dragão para ver jugar al Fútbol Club Oporto. Elijas el plan que elijas, no cabe duda de que volverás a casa con la maleta llena de cultura, recuerdos bonitos... ¡y con alguna que otra delicia gastronómica!