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No en vano Estocolmo ha adoptado el sobrenombre de la «Venecia del Norte»: la capital sueca está situada en un archipiélago de catorce islas. El río que la atraviesa y rodea es un elemento llamativo, solo comparable al de los canales de la urbe italiana. La arquitectura de Estocolmo es fascinante, y en ella convive una mezcla de edificios históricos y nuevos de singular belleza. Gamla Stan, o el casco antiguo de Estocolmo, es la parte histórica de la ciudad, y está repleta de lugares de visita obligada. Sus coloridos edificios se distinguen por sus majestuosas ventanas antiguas y por una construcción única. El aspecto de Estocolmo es el de una metrópolis llena de color y de vida, que rezuma la famosa filosofía sueca del fika.
No cabe duda de que ABBA es el grupo más importante que ha dado Suecia a la música, y Estocolmo alberga un museo dedicado a estas leyendas. La exposición es innovadora y participativa a partes iguales, ya que los asistentes pueden bailar con versiones informatizadas de los miembros de la banda.
Por si fuera poco, Estocolmo cuenta con una animada vida nocturna que acompaña a este alegre legado musical. Bailar al ritmo de los últimos éxitos en una discoteca, saborear un cóctel en una terraza o darlo todo con el heavy metal más actual: aquí hay algo para todos los oídos. Los fines de semana, no te sorprenda ver a la gente en la pista de baile a media tarde, ya que la fiesta suele comenzar a primera hora del día y continúa hasta altas horas de la madrugada del día siguiente. Además, el pop y el brillo adquieren su faceta más sofisticada en cada esquina con el arte y diseño escandinavos, bellos y minimalistas. Es difícil visitar Estocolmo y no llevarse de vuelta al menos un tesoro atemporal que adorne tus atuendos o tu hogar durante décadas.
Esta capital escandinava es un destino que realmente merece la pena para cualquiera que busque una escapada divertida y acogedora en un entorno urbano único.
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